¡Cuán a menudo nos perdemos en las experiencias importantes con nuestros niños que podrían haber dado lugar a recuerdos duraderos.
> La Casa de Muñecas de Sara.
Las cosas de la infancia, los recuerdos, los juguetes, nuestros amigos con los que jugábamos, los cromos, etc. Todo permanece imborrable en nuestra memoria.
Sumergírse en el mundo de las miniaturas e imaginarse que se es uno más de los personajes que habitan la casa.
Las niñas jugaban que eran una más de de aquellos personajes, con el vestido victoriano imaginario, decorando y realizando por dentro y fuera de la casa todos los detalles.
La Casa de Muñecas fue y continúa siendo un mundo totalmente mágico donde la imaginación no tiene límites.
Mirar entre las ventanas y poder ver como la cocinera
prepara una suculenta tarta de chocolate es todo un gusto. Adentrarte en la
casa con su tenue iluminación, subir los peldaños de su bonita escalera
que te llevan hasta la buhardilla, sus vidrieras de colores, calidas chimeneas
y rincones verdaderamente acogedores te invitan a disfrutar de un buen libro
con un te bien caliente y como no, siempre acompañado de las notas musicales
que salen del piano de la salita de estar.
Los niños juegan placidamente en su
habitación, la abuelita teje tranquilamente y parece que han llamado a la
puerta…… ¿Quién vendrá a visitarnos?
>> Estas imagenes han sido autorizadas por Sara Ana Echebarria (Huévar) propietaria de la Casa de Muñecas.
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